Emmanuel “Este soy yo”
Que sí, que no, que viene, que se queda. Costó concretar la presencia de Emmanuel en el Festival de Viña. Pero, después de todo, se confirmó que la Quinta Vergara contaría nuevamente con su música y atractiva figura. Es así como este ex-torero de voz y baile inconfundibles, y activo defensor de la ecología, se ha convertido en uno de los grandes guapetones del certamen. Y habla aquí de su nuevo álbum, del show y de lo que está pasando en su vida.
Ya lo concitemos, así es él, según se define en su más reciente producción: guapo, bailarín, seductor, sonriente, romántico, con algo de niño y otro tanto de torero en la cara y en los gestos. “Ese soy yo” se presenta a quien quiera oírlo, y decidió decirlo personalmente en el Festival de Viña del Mar, para que no lo olvidemos en mucho tiempo.
De hecho aún lo recordamos en la Quinta aquel febrero de 1989, cuando se robó la película del festival ese año con su alucinante show de música, coreografías y un escenario lleno de bailarines y extraños personajes. O en su última visita a viña, como parte del show de 1992, con las canciones de su álbum “Vida”.
Y este año, aunque con otras armas, Emmanuel viene a los mismo, acompañado de un sonido y una puesta en escena más pop y con menos efectos especiales, gracias al cambio que significó en su carrera su más reciente álbum, “Ese soy yo” (1992), que tiene harto soul, bastante funk, algo de rock y varios éxitos como “Magdalena” y “Minuto a minuto”. Los mismos que ha puesto en su último trabajo, el disco en vivo “En gira”, grabado en Venezuela el año pasado, ya disponible en Chile, que constituye un buen adelanto de lo que será su show en vivo, con hits de toda su prolífica carrrera.
Una presentación, que según anticipó en un contacto telefónico, está siendo cuidada en todos sus detalles, por la gran importancia que le asigna al Festival de Viña. “Los recuerdos que tengo en la Quinta Vergara son preciosos y, afortunadamente, mis actuaciones allí han sido muy positivas – dijo -. Sigo pensando que este festival es el más importante y bonito del mundo…la gente ha estado al lado mío y esos recuerdos son un alimento muy grande para querer volver a ese público que canta contigo, que te quiere y respeta”.
Ese es Emmanuel, cálido, emotivo y cariñoso.
Música, amor y ecología
Jesús Emmanuel Acha Martínez, de 38 años de edad y 27de carrera, nació el 16 de abril de 1955, del matrimonio formado por el famosos torero Raúl Acha Rovira y la “cantaora” de flamenco Conchita Martínez. Como se ve, el gusto por los aplausos al chico le venía por ambos lados. Pero para él las cosas no fueron demasiado fáciles. Debió superar la temprana muerte de su madre y, a los quince años, decidió saltar a la arena para seguir los pasos de su padre.
El azar, sin embargo, quiso otra cosa. Una violenta cornada lo obligó a abandonar para siempre las lides taurinas. Pasó entonces un par de años estudiando ingeniería química, en busca de su destino. Hasta que éste se presentó en forma de una irresistible vocación por la música, y el joven Jesús Emmanuel se olvidó de los toros y de la universidad para dedicarse por entero al canto. Desde ese minuto en adelante, sería sólo Emmanuel, a secas.
Partió apadrinado por una gran figura de la canción mexicana, Pedro Vargas, pero no fue sino al encontrar al compositor español Manuel Alejandro que las puertas del éxito comenzaron a abrirse para él. De esta dupla salieron hits como “Tengo mucho que aprender de ti”, Insoportablemente bella” o “Todo se derrumbó”, que convirtieron su nombre en un visitante asiduo de los rankings hispanoamericanos, ubicándose continuamente a la cabeza de ellos. El disco “Intimamente” vendió nada menos que cuatro millones de copias.
Sin más ni más, se convirtió en una marca registrada. Se sucedieron rápidamente las giras por Hispanoamérica, los nuevos LP “ven con el alma desnuda”, “Toda la vida”, original de Lucio dalla) los aplausos y la fama.
Su espectáculo vanguardista, con vestuario y bailes diseñados especialmente a su medida, marcan su estilo, y la fórmula se reveló exitosa no sólo ante el público latino, sino también con la exigente audiencia norteamericana, que ha aplaudido con entusiasmo sus actuaciones en el Caesar Palace de Las Vegas y el Music Hall de Nueva York.
Pero no sólo su vida profesional le ha brindado alegrías. Casado hace siete años con Mercedes, licenciada en ciencias políticas, Emmanuel tiene ya quienes hereden su fama y fortuna: Giovanna y Alexander, de 7 y 5 años, respectivamente. En la intimidad de su hogar, este hombre alto y delgado (es un entusiasta vegetariano y deportista de los que no perdona una sola mañana sin practica el jogging), se ríe con todas sus pecas cuando se le pregunta sobre la difícil tarea de ser buen artista, marido y papá: “Mi mujer me conoció viajando. Sabe que pongo en mi familia el mismo amor que en mi trabajo; por eso, cada reencuentro es de película”
Inquieto como es, siempre está buscando distintos cursos para encauzar su energía. Es así como un nuevo interés se suma a sus actividades: la ecología. Ha formado parte de numerosas campañas ecológicas – como aquella que impedía construir una carretera a través del convulsionado estado indígena de Chiapas – y afirma que está dispuesto a seguir haciéndolo. “Quienes disponemos de una tribuna, tenemos la obligación de denunciar los peligros a que está expuesto nuestro medio ambiente”, afirma.
Como se ve, Emmanuel no sólo se dedica a disfrutar de los beneficios de su agitada y privilegiada carrera de súper estrella, sino además se deja tiempo para crear conciencia sobre este importante problema mundial. Porque “Ese soy yo” ha cantado en los más diversos escenarios y está decidido a seguir siendo consecuente con ello.
Emmanuel: de lo privado y lo público
Desde que con “Intimamente” Emmanuel batió en 1981 el record de más de un millón de discos vendidos en México, la historia del cantante se ha repletado de éxitos. Desde hits como “Tengo mucho que aprender de ti” han desfilado “Toda la vida”, “La séptima luna”, “Chica de humo”, “Quisiera”, “Bella señora”, “No he podido verte”, “Causa perdida” y la reciente “Magdalena”.
Pero no todo ha de ser música. También hay intimidades en la vida de Emmanuel que él jamás estaría dispuesto a contar…, aunque sí lo ha hecho su esposa mercedes. Veamos:
Lo que más le gusta cocinar: pescado, pastas, espinacas y spaghettis.
Lo que lo irrita: que cosas relativas de su trabajo fallen por negligencia. Es muy poco paciente.
Como esposo y padre: es apasionado, detallista y tierno.
Cómo duerme: muy inquieto, con un brazo fuera de la cama, y no soporta a nadie cerca
Su día de casa ideal: levantarse temprano, llevar a los niños a la escuela, hacer ejercicios y pesas en el gimnasio, andar en bicicleta y, luego, partir a la oficina.
Ya lo concitemos, así es él, según se define en su más reciente producción: guapo, bailarín, seductor, sonriente, romántico, con algo de niño y otro tanto de torero en la cara y en los gestos. “Ese soy yo” se presenta a quien quiera oírlo, y decidió decirlo personalmente en el Festival de Viña del Mar, para que no lo olvidemos en mucho tiempo.
De hecho aún lo recordamos en la Quinta aquel febrero de 1989, cuando se robó la película del festival ese año con su alucinante show de música, coreografías y un escenario lleno de bailarines y extraños personajes. O en su última visita a viña, como parte del show de 1992, con las canciones de su álbum “Vida”.
Y este año, aunque con otras armas, Emmanuel viene a los mismo, acompañado de un sonido y una puesta en escena más pop y con menos efectos especiales, gracias al cambio que significó en su carrera su más reciente álbum, “Ese soy yo” (1992), que tiene harto soul, bastante funk, algo de rock y varios éxitos como “Magdalena” y “Minuto a minuto”. Los mismos que ha puesto en su último trabajo, el disco en vivo “En gira”, grabado en Venezuela el año pasado, ya disponible en Chile, que constituye un buen adelanto de lo que será su show en vivo, con hits de toda su prolífica carrrera.
Una presentación, que según anticipó en un contacto telefónico, está siendo cuidada en todos sus detalles, por la gran importancia que le asigna al Festival de Viña. “Los recuerdos que tengo en la Quinta Vergara son preciosos y, afortunadamente, mis actuaciones allí han sido muy positivas – dijo -. Sigo pensando que este festival es el más importante y bonito del mundo…la gente ha estado al lado mío y esos recuerdos son un alimento muy grande para querer volver a ese público que canta contigo, que te quiere y respeta”.
Ese es Emmanuel, cálido, emotivo y cariñoso.
Música, amor y ecología
Jesús Emmanuel Acha Martínez, de 38 años de edad y 27de carrera, nació el 16 de abril de 1955, del matrimonio formado por el famosos torero Raúl Acha Rovira y la “cantaora” de flamenco Conchita Martínez. Como se ve, el gusto por los aplausos al chico le venía por ambos lados. Pero para él las cosas no fueron demasiado fáciles. Debió superar la temprana muerte de su madre y, a los quince años, decidió saltar a la arena para seguir los pasos de su padre.
El azar, sin embargo, quiso otra cosa. Una violenta cornada lo obligó a abandonar para siempre las lides taurinas. Pasó entonces un par de años estudiando ingeniería química, en busca de su destino. Hasta que éste se presentó en forma de una irresistible vocación por la música, y el joven Jesús Emmanuel se olvidó de los toros y de la universidad para dedicarse por entero al canto. Desde ese minuto en adelante, sería sólo Emmanuel, a secas.
Partió apadrinado por una gran figura de la canción mexicana, Pedro Vargas, pero no fue sino al encontrar al compositor español Manuel Alejandro que las puertas del éxito comenzaron a abrirse para él. De esta dupla salieron hits como “Tengo mucho que aprender de ti”, Insoportablemente bella” o “Todo se derrumbó”, que convirtieron su nombre en un visitante asiduo de los rankings hispanoamericanos, ubicándose continuamente a la cabeza de ellos. El disco “Intimamente” vendió nada menos que cuatro millones de copias.
Sin más ni más, se convirtió en una marca registrada. Se sucedieron rápidamente las giras por Hispanoamérica, los nuevos LP “ven con el alma desnuda”, “Toda la vida”, original de Lucio dalla) los aplausos y la fama.
Su espectáculo vanguardista, con vestuario y bailes diseñados especialmente a su medida, marcan su estilo, y la fórmula se reveló exitosa no sólo ante el público latino, sino también con la exigente audiencia norteamericana, que ha aplaudido con entusiasmo sus actuaciones en el Caesar Palace de Las Vegas y el Music Hall de Nueva York.
Pero no sólo su vida profesional le ha brindado alegrías. Casado hace siete años con Mercedes, licenciada en ciencias políticas, Emmanuel tiene ya quienes hereden su fama y fortuna: Giovanna y Alexander, de 7 y 5 años, respectivamente. En la intimidad de su hogar, este hombre alto y delgado (es un entusiasta vegetariano y deportista de los que no perdona una sola mañana sin practica el jogging), se ríe con todas sus pecas cuando se le pregunta sobre la difícil tarea de ser buen artista, marido y papá: “Mi mujer me conoció viajando. Sabe que pongo en mi familia el mismo amor que en mi trabajo; por eso, cada reencuentro es de película”
Inquieto como es, siempre está buscando distintos cursos para encauzar su energía. Es así como un nuevo interés se suma a sus actividades: la ecología. Ha formado parte de numerosas campañas ecológicas – como aquella que impedía construir una carretera a través del convulsionado estado indígena de Chiapas – y afirma que está dispuesto a seguir haciéndolo. “Quienes disponemos de una tribuna, tenemos la obligación de denunciar los peligros a que está expuesto nuestro medio ambiente”, afirma.
Como se ve, Emmanuel no sólo se dedica a disfrutar de los beneficios de su agitada y privilegiada carrera de súper estrella, sino además se deja tiempo para crear conciencia sobre este importante problema mundial. Porque “Ese soy yo” ha cantado en los más diversos escenarios y está decidido a seguir siendo consecuente con ello.
Emmanuel: de lo privado y lo público
Desde que con “Intimamente” Emmanuel batió en 1981 el record de más de un millón de discos vendidos en México, la historia del cantante se ha repletado de éxitos. Desde hits como “Tengo mucho que aprender de ti” han desfilado “Toda la vida”, “La séptima luna”, “Chica de humo”, “Quisiera”, “Bella señora”, “No he podido verte”, “Causa perdida” y la reciente “Magdalena”.
Pero no todo ha de ser música. También hay intimidades en la vida de Emmanuel que él jamás estaría dispuesto a contar…, aunque sí lo ha hecho su esposa mercedes. Veamos:
Lo que más le gusta cocinar: pescado, pastas, espinacas y spaghettis.
Lo que lo irrita: que cosas relativas de su trabajo fallen por negligencia. Es muy poco paciente.
Como esposo y padre: es apasionado, detallista y tierno.
Cómo duerme: muy inquieto, con un brazo fuera de la cama, y no soporta a nadie cerca
Su día de casa ideal: levantarse temprano, llevar a los niños a la escuela, hacer ejercicios y pesas en el gimnasio, andar en bicicleta y, luego, partir a la oficina.
Revista Miss 17?, febrero de 1994.
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