viernes, 21 de septiembre de 2007

1993

Emmanuel: un compromiso real

Su talento, sus éxitos y galardones son conocidos. Su trabajo de concientización por un medio ambiente menos contaminado, que puede sonar demagogo a muchos, es acción más veces que discurso. Y es en serio.

Estar a favor de la ecología es algo de moda. Si se busca, hasta se puede encontrar por allí alguna banda heavy metalera naturista. ¡Cosas de la moda y el marketing! Para otros como Emmanuel, la ecología es un compromiso. Y que ese compromiso por momentos implique meter la mano al propio bolsillo, es detalle Insignificante. "No me Importa realmente dar de mi dinero, pues es un compromiso conmigo mismo, mi familia y el mundo".
Su campaña va más allá de declaraciones entusiastas. Es consecuencia. Hace seis años, Emmanuel comentaba orgulloso que sus hijos jamás habían probado la carne ni el pescado "... y no irán a decir que no están hermosos". Explicaba el mexicano que toda su familia era vegetariana y que la salud de sus niños daba fe de que se podía hacer una alimentación sana sin carnes de ningún tipo.
No era más que una prueba de la conciencia que siempre tuvo, escuchar a la naturaleza y regirse por ella. Poco tiempo pasó hasta que sus chicos enfermaron crónicamente, pero no por una nutrición deficiente. La polución de Ciudad de México les afecto las vías respiratorias a tal grado que le obligó a llevárselos a un lugar más limpio. Entonces lo que había sido privado comenzó a ser público.
Aunque ya antes -en 1980- Emmanuel sorprendió cuando, impactado por la suciedad de un parque de la ciudad azteca, organizó una cruzada para limpiarla en la que participaron hasta periodistas. Ese hecho, que pudo haber sido anecdótico, años después se transformó en desafío. Organizó cuadrillas de limpieza y con ellas se fue a la montaña de Ajuzco -tradicional sitio de recreación y retiró más de 40 toneladas de basura que hacía tiempo la habían inutilizado. Más tarde hizo lo mismo con el lago Xochimilco. También realizó show en su país para el día del medio ambiente (5 de junio) en el que participaron importantes figuras de la música internacional. ¿Por qué lo hace?
"Soy una persona con una conciencia no ecológica, sino humana y social. Hace seis años, esta conciencia que estaba dentro de mí me obligó a tomar parte activa del problema. Preocuparse por la contaminación, el hueco en la capa de ozono, la Antártida, y los países latinos, en fin, es preocuparse por lo que ocurre con nuestras vidas.
"Creo que tengo una conciencia natural respecto de la ecología porque siempre he estado en contacto con la naturaleza. Cuando era chico me tendía en los areneros del colegio a mirar el vuelo de las golondrinas. Conocí muchos lugares preciosos y cuando he vuelto a ellos ya no están. Al ver que han desaparecido me he impactado mucho, por eso decidí luchar en defensa del medio ambiente".
En su discurso Emmanuel también aboga por que otros tomen conciencia. "No sólo debes preocuparte porque :e bañas en las aguas del mar, sino también por la contaminación que se hace a sus especies y que afecta tanto a los que se alimentan de ellas como a los que tienen su fuente de trabajo en el mar. El aire que respiramos empeora diariamente y eso está afectando a la inteligencia de los menores creando una sociedad futura con deficiencias mentales”.
Y continúa: 'Eso me preocupa porque las personas que vivían en 1950 tenían más posibilidades de desarrollarse intelectualmente que las de ahora. Si le sumamos a esta contaminación ambiental, la violencia, el crimen, y todo el flujo de información contaminante de la televisión, la radio y demás medios…Tenemos que reaccionar por el futuro de nuestros niños”
¿De lo que ha dicho Emmanuel cuando pisa suelo chileno y respira nuestro smog? Ni hablar. Cada vez que viene, se va espantado. “Los chilenos deben tomar cartas en el asunto inmediatamente porque es dramática la cantidad de contaminación en una ciudad rodeada de montañas. De ser posible debería cambiarse la legislatura”
Y como el azteca varias veces ha estado en la Quinta Región se ha dado el tiempo para conocer algunas vergüenzas nacionales. "Se me estrujó el corazón cuando fui a las dunas de Ventanas, cerca de Quintero, todas las áreas verdes habían desaparecido. Me recordó a Macondo, el pueblo de Cien años de soledad, de García Márquez, que desaparece después de las guerras convirtiéndose en fantasma".
Eso lo dijo hace un tiempo, pero en su última visita, hace dos meses, reiteró su lucha ecológica. Es más, algunos de los 200 millones de árboles que se plantarían por todo México como parte de una campaña nacional que Emmanuel impulsaba, ya están oxigenando la contaminada capital azteca.




Isabel Daniels





Revista Super Hit, año 1, Nº5, 1993

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