sábado, 22 de septiembre de 2007

En Viña 2000

Emmanuel cantó a pedido del público

Basando su show principalmente en su capital pasado, el cantante mexicano renovó la devoción del público viñamarino en la segunda jornada del Festival Fue Cecilia Bolocco, esta vez, la que "promovió" una Gaviota para el músico


Mauricio Jürgensen


Al promediar su actuación, de poco más de 40 minutos, Emmanuel concedió el espectáculo al público de la Quinta Vergara. "¿Nos vamos al ayer o al hoy?", sugirió ingenuamente el mexicano a una galería que mayoritariamente fue a ver a Elvis Crespo y Joe Vasconcellos. La contundente respuesta de los asistentes por la primera de las opciones confirmó al músico la nula posibilidad de recurrir a temas de su último trabajo y el fervor que el público chileno sigue teniendo por el músico gracias a sus más conocidos temas.
Así, Emmanuel sólo necesitó recurrir a su archivo para cautivar a los que asistieron anoche a la Quinta Vergara. La Ultima Luna, Pobre Diablo o Chica de Humo fueron suficientes, al igual que sus dos anteriores presentaciones en este mismo escenario, para animar un show convincente y dinámico, generoso en efectos especiales y en recursos musicales y líricos.
Apelando a su nutrido repertorio de movimientos sobre el escenario, Emmanuel acompañó tal inusual despliegue con una cuota de novedad en algunas de sus canciones. Valiosos giros armónicos y arreglos decoraron adecuadamente sus más conocidos éxitos que ya forman parte del repertorio obligado de la música popular hispanoparlante.
La banda que lo acompaño (integrada por ocho músicos) reinventó con imaginación, al igual que la lírica del cantante, canciones adscritas a un género en donde parece ya estar todo dicho.
Energético, con pleno domino escénico, el cantante azteca supo manejar los tiempos y la temperatura fuera del escenario, superando por mucho la media dispuesta tradicionalmente para los jurados que participan en el show.
Antes del concierto, Emmanuel advirtió que "quien tiene una carrera, tiene que recordarla", lo que pareció una justificación anticipada para un show en donde sólo concedió, en complicidad con el público, un tema nuevo de su último álbum, Sentirme Vivo (1999).
Tras recibir, por mediación de Cecilia Bolocco, la Gaviota de Plata (estatuilla que generosamente se ha entregado en esta edición del Festival), Emmanuel se despidió del escenario (con abrazo incluido a la animadora) y abrió de esta manera un bienvenido paréntesis al imponer oficio por sobre cualquier recurso extra-musical.


La Tercera, 18 de febrero de 2000.

1 comentario:

Emmanuel en Chile dijo...

Esta nota es un tanto curiosa, pues no obstante la cierta premeditación con que el reportero de esta nota analiza la presentación de Emmanuel, y que expresa en ciertos epítetos que aluden a un artista repetido y pasado de moda (los que por supuesto no compartimos), al final la nota reconoce el talento y lo exitosa que fue su actuación sobre el escenario de la Quinta Vergara.

En contrapeso con lo anterior, como testigo de esa noche, Emmanuel demostró que la vigencia y calidad de un artista no se mide por ser el artista de moda ni por haber estado en varios festivales, sino por la capacidad de llegar al corazón de las personas a través de la música y arrancar espontáneas expresiones de júbilo y emoción que se reflejan en el reconocimiento por parte del público hacia el artista. He aquí al verdadero artista, aquel que se hace con los años y que trasciende la barrera de las modas.