viernes, 21 de septiembre de 2007

En Viña 94

Emmanuel tuvo su antorchazo

El artista encendió la Quinta con un sensual show, de más de hora y medía.


Intenso. Eso es. Cada segundo del espectáculo que Emmanuel mostró en la Quinta se puede definir así, de una intensidad casi absoluta. En más de una hora y media de presentación el artista ratificó su talla en un show al que le sobró de todo.
Fueron instantes marcados por la calidad y sensualidad del artista, sumados a la euforia de un público que lo esperaba. No por nada era la quinta vez que Emmanuel estaba allí.
Y por qué no decirlo, fue la presentación de un astro que sin tener un disco en el top de los ranking ni un show montado desde hace por lo menos un año, confirmó su talento.
Un estruendo sacudió a la Quinta cuando las primeras notas del arreglo de «La chica de humo» comenzaron a sonar. Era el indicio que el artista estaba cerca.
«No te puedes ir», «Hay que arrimar el alma», «Solo» y «Si no tiene amor» siguieron en la lista. Mucho ritmo, destreza v baile pusieron la tónica de un espectáculo ágil y dinámico, aunque largo en algunos minutos sin ninguna necesidad.
Pero las ganas de entregarse y la emoción estaban allí. Y eso tal vez motivó al monstruo para que en un instante pidiera repetidas veces la antorcha para el artista. ¡Antorcha! ¡Antorcha! Era el clamor de la Quinta.
"¿Antorcha? Esa antorcha que tienen ustedes prendida en el corazón y que nosotros la llevamos a casa... Esa antorcha que se convirtió en un premio para nosotros y que recuerdo con melancolía y con pasión. Que la antorcha de la música dentro de ustedes no se acabe nunca", con esas palabras agradeció el artista el cariño de la gente.
Y en este torbellino de sensaciones y de música no faltó el mensaje en pro de nuestro ambiente. "Esta nueva generación tiene derecho a respirar, a ver los árboles verdes, el mar azul y los ríos limpios. Esta es la séptima luna, una canción que habla de mucho daño, pero que también trae mucha esperanza, aquella que el ser humano no puede perder", dijo mientras sonaba «La última luna».
Emmanuel terminó su show en medio de aplausos, regalos y dramatizaciones de sus tres coristas. Incluso un colorido duende subió al escenario para completar la escena final.
"Nunca había visto la Quinta así de encendida. No me di cuenta como se fue prendiendo, todo fue sumamente emocionante. Me llevo un cariño muy grande y un recuerdo bellísimo de la gente que no me dejaba bajar del escenario porque me gritaban otra y otra".





Las Ultimas Noticias, 21 de Febrero de 1994

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