viernes, 21 de septiembre de 2007

1996

Emmanuel: “No me he ido nunca, maestro”

Por fin con canciones nuevas después de casi tres años, recién cambiado de sello disquero y de vuelta al probado compositor Manuel Alejandro, el cantante mexicano confiesa que lo tientan del Festival de Viña, pero asegura que lo suyo no es un renacer. Ni siquiera un regreso. “Es el mundo el que va muy rápido hoy día”, dice.

Según sus propios cálculos y salvo alguna pequeña diferencia que no se molesta en considerar, tras veinte años de carrera Emmanuel ya ha cantado tres canciones distintas con el mismo título. «Es mi mujer», uno de sus adictivos hits de los '80, es una de ellas. Otra es una vieja melodía de su primer disco «10 razones para cantar», que se llama «Mi mujer». Dice Mi mujer me enseñó un día que el amor viene con el viento, y el viento me trajo el murmullo calladito de su acento”, entona Emmanuel, a capella en algún piso del capitalino Hyatt Regency, durante su reciente visita a Chile. La tercera viene en «Amor total» (1996), el más reciente álbum del cantante mexicano, se vuelve a llamar «Mi mujer» y por primera vez está dedicada a su esposa, Alicia Alemán. "Casualmente, extrañamente, tengo tres canciones llamadas así", comenta, mientras «Mi mujer» '96, original del compositor español Manuel Alejandro, incluye versos como Mi mujer, de tanto dar cosechas, mi mujer, de derramarse entera, de interrumpir su sueño mil noches, pudiera ser que hoy no sea tan bella.

¿Se supone que además ésta es la más madura de las tres canciones?
"No porque sea mi mujer es más madura. Es mi mujer, por supuesto, pero es también un homenaje a la mujer. Con ella vas a tu madre, por ejemplo, o a tu hermana. Ellas reflejan esa canción. De tanto dar cosechas. De derramarse entera, de compartir el pan y la palabra", recita Emmanuel. "Eso es cualquier mujer".

Cualquier mujer se puede identificar. No sólo las bellas señoras o las chicas de humo.
"Sí, cualquier mujer se puede identificar", confirma el cantante. "Es un acierto esa canción".

Nada que negar
Al cabo de casi tres años de inactividad discográfica tras sus álbumes «Ese soy yo» (1992) y «Esta aventura» (1994), hoy Emmanuel tiene dos nuevos discos a falta de uno. Hay un grandes éxitos oportunamente editado por la compañía que acaba de dejar después de siete años. Y el otro, con nueva disquera, es «Amor total», un álbum que retoma decididamente las baladas melódicas de sus inicios, grabado otra vez con Manuel Alejandro, el hombre con quien consiguió en 1980 su mayor éxito a la fecha.
Después de tres discos editados entre 1976 y 1979, Emmanuel asaltaba ese año el mercado con el álbum «Intimamente» y con una andanada de canciones como «Todo se derrumbó dentro de mí», «Tengo mucho que aprender de ti», «Quiero dormir cansado», «El día que puedas», «Insoportablemente bella». «Con olor a hierba» y «Esa triste guitarra», todas de la pluma irreprochable del compositor español. Tras el disco «En la soledad» (1982), ambos reanudarían su sociedad en el álbum «Emmanuel» (1984) y rendirían nuevos hits como «Detenedla ya», «Pobre diablo» y «Hay que arrimar el alma».
«Intimamente» es mi mejor disco. De los siguientes no te podría decir, pero ése es el mejor: tuvo nueve primeros lugares", dice Emmanuel, y queda esperando la reacción ante esa marca.

Difícil de repetir
"Difícil para cualquiera. Es el disco más vendido de mi carrera y la de Manolo, el más vendido en la historia de la música en México, el que me abrió las puertas afuera, grabado en portugués, japonés, inglés, italiano. De pronto aparecen milagros así, conjunciones maravillosas entre compositor, intérprete y tiempo. Por supuesto quisiera que «Amor total» funcionara igual".
Seis años después de «Intimamente», el cantante daría su segundo golpe a la cátedra, similar al que Miguel Bosé iba a asestar con una canción como «Amante bandido». Se cortó el pelo, se puso a bailar y estrenó el sensacional concentrado pop de «Toda la vida», incluido junto a «Es mi mujer» en el álbum «Desnudo» (1986). Aún desprovisto de rockeros públicamente solventes como Maná o Caifanes, México iba a empezar a bailar con seguidos éxitos de Emmanuel como «La última luna» (de «Entre lunas», 1988), «La chica de humo» (de «Quisiera», 1989), «Bella señora» y «No he podido verte» (de «Vida», 1990) o «Magdalena» (de «Ese soy yo», 1992).
"El primer rompimiento fue en 1982", asegura. "La compañía no quería sacar mi disco de ese año, y entonces me hicieron entrevistas en puras radios rebeldes, muchachos a quienes les encantaba el disco. Y ése fue mi segundo disco más vendido. Porque la música la trae la gente joven, maestro".

¿Trabajar con Manuel Alejandro da una sensación de volver a ser fuerte?
"No. Eso sería negar «Bella señora», negar «Esta aventura», negar «Ese soy yo», negar «La chica de humo», «No he podido verte» «Magdalena»..."

Pero justamente la marcha de «Esta aventura» no fue tan buena.
“No fue tan buena la promoción, que es diferente”.

La prensa mexicana habla de un renacer suyo con el nuevo disco
"Pero no soy yo quien lo dice. Los periodistas ven que estuve un tiempo sin grabar y ven el cambio de compañía, pero es un enfoque equivocado".


Postales de Viña del Mar
Emmanuel nació hace 45 años, no en Jalisco sino en la Ciudad de México, y allí vive hasta hoy junto a su esposa y sus tres hijos, Jovana, Alexander y Martinique, de trece, once y cinco años. Allí escribió «Páginas calladas», su libro de poesía publicado el año pasado, y allí ha madurado con la serenidad del hombre de familia algunas ideas sobre el mundo y la industria.
"El compositor ha perdido la cape expresarse", diagnostica. "¿Por qué? Porque así va el mundo hoy en día. El ser humano está perdiendo la capacidad de comprometerse, se hablan cosas y se establecen relaciones superfluas y los compositores no escapan a esto. La velocidad impresionante a la que escriben le imposibilita quedarse en casa un año, salir a platica contigo, ver el sol, quedarse a comer, vivir. Si te va bien con un disco te pagamos tres o cuatro iguales al año, y así no hay manera de que te llenes de nada”.

¿Cambió el modo de hacer discos?
“Hay una transformación. Antes un disco duraba una cantidad de meses, estaba ahí y te impregnaba. Hoy es un éxito cada quince días, ninguna canción llega a posesionarse de nadie, ni de mercado ni de corazón. Y esa es una tontería. Yo saco un disco cada año y medio, y siempre he buscado otra cosa. A veces ha funcionado y otras veces no”.

Pero de todos modos ¿es un alivio tener un nuevo disco? En sus últimos festivales de Viña, en 1992 y 1994, mostró shows muy parecidos, casi sin canciones nuevas y con…
"Eso también es una gran mentira".

...una mayoría de éxitos antiguos.
"No, no, es que eso es una tontería. Habían salido dos discos entre esos años. Qué querían que cantara. ¿Que haga diez discos nuevos para venir a Viña? Había canciones nuevas, pero alguien escribe que hago el mismo show y todo el mundo lo sigue. ¿Qué es el mismo, show maestro? ¿Qué canto «Con olor a hierba»? Claro que lo voy a cantar, coño, que mi carera tiene veinte años”.

Pero hubo más síntomas. La del 94 fue su agenda más extramusical: plantó árboles, repartió poleras entre la prensa especializada, jugó un partido de fútbol.
"En ese partido no jugué yo".

No. Dio la patada inicial.
"Fui a una siembra de árboles".

También, en Peñuelas.
"Hubo un incendio que acabó con todo. El alcalde me habló de hacer la reforestación y yo estaba muy metido en todo lo que es eso, y sigo metido".

Pero ¿con más canciones habría necesitado tantos recursos extramusicales para llamar la atención?
"Es lo que hablaba antes: yo saco un disco cada año y medio o dos años".

¿Tal vez fue sobreexposición? ¿Fue prudente haber venido ese año?
"A lo mejor era prudente haber venido al año siguiente. Es como ahora, que quieren que vuelva a cantar el próximo año. ¿Es prudente o no?".

¿Qué cree usted?
"Tengo un disco nuevo y tengo además «Esta aventura», que nunca he presentado aquí. Tengo un show nuevo. Pero la gente me va a pedir «Con olor a hierba». Y si no la canto tú escribirás Aunque el público lo pidió, Emmanuel no cantó lo de antes", dice Emmanuel y se para del sofá con una carcajada. "Pareciera que el artista se debe a su último disco, nada más. Si me quedo dos años en silencio, cuando vuelvo me hablan de renacer. Lo hago a propósito y entonces tú crees, bueno, este cuate desapareció y sale el renacer, el regreso. Y si yo no me he ido nunca, maestro, entiendes. Adonde vuelvo, si yo no me fui a ningún lado; de qué hablas. ¿No?".

David Ponce


Revista Primer Plano de Las Ultimas Noticias, 8 de noviembre de 1996
Nota: Material aportado por Alicia Donoso.

No hay comentarios: